Que fino aquel vino que ni llegamos a probar.
Uno de esos, revolucionarios.
Y que sexy esas botas que nunca te quitaste.
Somos el desastre en aquel mueble, verde.
No sabemos lo que hacemos exactamente.
Existe tu piel y la mía.
Que está comprimida entre la ciudad.
Entonces hay un poco de esto y de aquello.
Porque caminamos juntos tomados de manos.
Y reímos como par de idiotas.
También somos buenos en la cama
Para dormir y enredarnos, entre sábanas.
Pregunténme ahora si el cielo es de color índigo.
Y yo les diré;
Mi gato es más perro que cualquier otra cosa.
Hay una rueda que gira y gira.
De planta baja hasta arriba.
Infinita como las incoherencias que he escrito.
Podrían quemarme hoy mismo entre mis alcantarillas.
Tan llenas de nada y vacías de todo.
Soy feliz a mi modo.
Porque YO.
Yo soy Carlos Marx.
Y ella;
Mi Jenny.
No hay comentarios:
Publicar un comentario