miércoles, 16 de mayo de 2012

Siquiera.

Ni siquiera ella
Ni siquiera yo
Ni siquiera nadie
Ni siquiera pude:
Olvidar.
Y aún, cuando cierro los ojos.
O respiro.
Me clavo en la herida abierta,
Otra pena dulce, con las letras de tu nombre.
Ahora;
Cómanse las sobras de mi esperanza.
Los locos serían cuerdos. 
Los drogadictos políticos,
Las prostitutas modelos.

martes, 8 de mayo de 2012

Girasol, porque es una flor feliz.

El punto ciego entre una pupila y otra.
Palabras no son nada, se queman en sus bocas.
Ella mira y besa y mata.
La flaca tiene el mundo acomodado a la cintura y los encantos que arrebatan.
Se va y regresa cuando le da la gana.
A rodear sus brazos a mi espalda.
Lo que miro: que flaca, que dulce, que tierna, que débil, que áspera, que bella, que joven, que todo, que nada.
Y yo, como la beso, como la suelto, como la agarro, como la dejo, como la tengo.
Como somos todo,
Casi nada.
Poco a poco,
Lentamente.
Me besa,
Y le sonrío.
Me asesina, me mata.
Me encanta.
Y el subconsciente no deja de reírse, de gritarme, de callarse, de ignorarme, de advertirme, de quererla.
De decirme:
Huye antes de que te tome por la nuca;
Y te hiera.

domingo, 6 de mayo de 2012

jueves, 3 de mayo de 2012

Esencia número 52.

La calle está atestada. 
Con mi humo, con su gente, con la nada. 
Y de repente;
La basura me olió a rosas. 
Con la suavidad y el tacto. 
Entonces;
El aroma me abraza y la ciudad se achica. 
El sonido de mi risa con su ironía tan marchita. 
Tengo ansias de convertirme en arte. 
Cantar Joaquín Sabina. 
Rozarte.
Ha pasado un segundo eterno,
Un siglo en un instante. 
Y tú;
Aún como el primer día. 
El Smog de está ciudad me grita:
Tu nombre. 


La ciudad del desastre catastrófico artístico.
Foto tomada tomada por algún extraño.