Entre tantas disputas sociales.
Ni el inconformismo, que a veces, aunque duela aceptarlo:
Amenaza con el rumbo, de las decisiones.
No me he hallado, nunca.
Imaginando que mi país sucumbe ante lo obvio.
Caminando entre rostros tristes y vacíos.
Esperando "que suceda lo peor"
Porque según lo que dicen,
Así deben ser las cosas.
Venezuela querida, verte triste me revienta.
Pero déjame decirte.
Que aunque sea sola, o acompañada.
No me quedaré sentada escuchando discursos seniles
De manos de los destructores.
Nos has regalado un día de tristeza táctil.
Pero tranquila, Venezuela..
Mañana todos estaremos allá afuera, batallando por ti.
Y que la esperanza sea lo último que muera, en el alma de cada persona.
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