Energía.

El alma manda vibras y tu cerebro las interpreta.

La interpretación viaja discreta hacia la parte crucial de tus dedos.

Tus dedos rozan con espasmos las seis cuerdas que atrapan el silencio.

El silencio habla y grita orgasmos en tus oídos.

Tus oídos se estremecen y lanzan corrientes de energías a tu espalda.

Tu espalda choca con la melodía,

Y cuando tu cuerpo crea sintonía con la música.

Yo te escucho..

Y nos repetimos. 

Nirvana ondular.

Me voy meciendo al ritmo de las ramas.

Entre versos naturales,

Se van cayendo las escamas.

Las palabras..me seducen.

Se ha vencido el límite,

De lo prohibido.

He descubierto que el fin es tibio.

Ya no le tengo miedo a tus caderas.

Ya no me aterra ser un péndulo en tus huesos.

Ya no me asusta  el quererte tanto.

Ni llevarte de la mano;  por las avenidas.

La piel, erizo del mar,

Jugando a recorrer tu océano.

Paseando con su lengua.

Por las calles ciegas que posee tu cuerpo.

Y me mantengo así:

Bordeando la locura.

Vicio eléctrico.

Su pupila es mi portal.

Aurora en movimientos de esfera.

Deseo caprichoso.

Querer adherirme a lo mojado, del gemido.

La destrucción del cosmos:

El punto central de tu eje girando encima mío.

Besos negros que van dando tumbos ultravioletas.

La textura de tu eco; atormentándome.

En tu iris está el boleto tornasol.

Que me lleva a dar vuelcos de trapecista.

Un viaje al punto central de la tierra

Mezclado entre la arena que desprenden tus ojos.

 Que me envuelve en orgasmos transparentes,

m o r t a l e s.

Adiós a ti.

Tirarse al vacío es un acto dulce,

Mientras tomas mi mano.

Destinos entrelazados a contracorriente.

El deseo es tácito y abunda entre los verbos.

Ya mañana iré a verte.

Las rosas han dejado de estar marchitas.

La soledad ya no grita.

"Vendrá un nuevo amanecer.."

Te veo del otro lado de la vida.

"Poder decir adiós... es crecer"

                                                                                                                                  

Nunca entendí muy bien desde cuando, pero la sobredosis lleva puesto el perfume de mi mujer. 

Tiempo.

Intente detenerlo.

Lo único que permanece dentro, es el grito.

Aquel trozo de materia ya no habita entre los cuerpos.

Ya no es verbo, ni pecado.

Llevo rato buscando.

Pero no me incita al consumo,

Ni me quema entre los párpados.

Ser oruga era más fácil.

Ahora que voy agitando mis alas,

La búsqueda es intermitente.

Intenté detenerte y alcanzarme;

Pero ya eras pasado. 

Raíz.

   "Si te abrazo es para sentir,

Que nuestro amor, nunca podrán sacarlo de raíz."

¿Y si lo arrancamos nosotras mismas?

Te has ganado mi libertad;


                                                                  Me has hecho llorar por primera vez.

No hay e s c a p e.

Las probabilidades están: pero muertas.
He buscado un agujero para huir.
Pero rasguñar las superficies no me sirve;
No puedo salir.
¿Qué otra cosa puedo hacer, más que resignarme?
Otro día más que arde la tierra.
¿Te quedó qué?
¿Me quedó qué?
¿Nos quedó qué?
Las cenizas de la marihuana acumuladas.
Si me ves abrumada esta noche;
Hazme el amor.

Persecución.

¿A dónde van los sobrios cuando se desconectan?

No existe la nada en su totalidad. 

Todos hemos intentado escapar,

Alguna vez.

El presente  hace metamorfosis,

Se transforma en sobredosis de pasado.

Se convierte en futuro incierto.

Soñé que me quemaba la muerte.

Soñé que me consumía...

Pero estaba despierta.

Caracas.

Me gusta aspirarte;

Por las esquinas y los bordes. 

Roerte la cintura como una rata.

Moder los labios que escondes. 

Recorrerte por la noche; entera.

Ensuciarme de ti.

Jamás me bastas,

Ni me eres suficiente.

Regreso cabizbaja, a recorrerte.

Porque me gustas así, seca.

Ajena,

Cerrada.

Sin filtro.
Caracas

Ven y tócame en las cuerdas;

El sonido lo pongo yo. 

...

"Estás tan hermosa, tanto. Pero estás ahí, como siempre.

Y ese simple hecho de que siempre has estado tan hermosa pero sin mí.

Hace que ya no me sirvas, para nada."

Informe mensual.

Como hieres nena,

Tus lunares paseando por mis manos.

La garganta quemando palabras,

El eco de los dioses. 

Nena como hieres en la espalda.

En el punto exacto, del goce. 

Cada energía que posa sobre ambos.

Un único punto de encuentro,

Solo tengo el valor de quitar el primer botón de tu camisa.

Lo demás me da vértigo, te lo quitas tú. 

Y a veces cuando nuestras caderas se conectan;

No saben a dónde ir.

Algún día tendré que dejarte botada aquí

a ver si me persigues; musa.