Tus lunares paseando por mis manos.
La garganta quemando palabras,
El eco de los dioses.
Nena como hieres en la espalda.
En el punto exacto, del goce.
Cada energía que posa sobre ambos.
Un único punto de encuentro,
Solo tengo el valor de quitar el primer botón de tu camisa.
Lo demás me da vértigo, te lo quitas tú.
Y a veces cuando nuestras caderas se conectan;
No saben a dónde ir.
Algún día tendré que dejarte botada aquí
a ver si me persigues; musa.
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