La interpretación viaja discreta hacia la parte crucial de tus dedos.
Tus dedos rozan con espasmos las seis cuerdas que atrapan el silencio.
El silencio habla y grita orgasmos en tus oídos.
Tus oídos se estremecen y lanzan corrientes de energías a tu espalda.
Tu espalda choca con la melodía,
Y cuando tu cuerpo crea sintonía con la música.
Yo te escucho..
Y nos repetimos.
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