martes, 25 de junio de 2013

Grifo y frío.

El líquido pretende liberarse de mí,
Escapar del encierro.
Me llora lágrimas de ciego;
Me suplica que me calme. 

El vapor brota lento de mi sangre,
intenta despojar de mi piel las heridas.

Moléculas de sólido alineadas perfectamente y circulando por la vida.

y entre tanto;

Ya no siento la furia del relámpago.

Ya no camino desnuda entre ese mar danzante de piedras azules que rasgaban a mis piernas en busca de abrigo.

Ya no sé de las tormentas inverosímiles de mis memorias. 

Ya no tiembla la tierra cuando tocas mis pisos.

Y entre tantas palabras:

Ya no te amo,

He dejado de tenerle miedo a la lluvia. 









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